lunes, 6 de agosto de 2012

Vuelve y juega: Acerca de la administración de energía en Linux

Hace ya unos días había manifestado una serie de dudas respecto a los problemas de administración de energía en el núcleo de Linux. Anteriormente era un tema al que no le prestaba mucha atención, pero sigo teniendo muchas dudas y más que un post para resolverlas es más bien un espacio para que los lectores me ayuden (Y de paso a muchas otras personas) a aclararlas.

 
¡Empecemos!

Hay dos cosas claras que he notando con Linux en portátiles recientes con tecnologías Intel (Ivy Bridge).

  • El primero, es que la duración de la batería es menor respecto a cuando está ejecutando su sistema operativo preinstalado (Windows), esto puede tener una serie de fundamentos prácticos partiendo del simple hecho que el preinstalado viene "Optimizado" para ese hardware en específico, mientras que Linux, por alguna razón vendría siendo más genérico. Aquí, hemos venido hablando de muchas formas de mejorar el consumo, desde las típicas configuraciones de energía del escritorio de Gnome y KDE hasta el uso de PowerTop y otras herramientas para optimizar, por ejemplo, los accesos al disco duro. No obstante, en dos equipos con distintas configuraciones de hardware no he logrado que el consumo de batería equipare al de Windows... No está lejos, pero simplemente no llega. 
  • La segunda, que va muy relacionada con la primera es ¿Porqué funciona mayor tiempo el disipador en Linux? Me explico, mientras el equipo corre con Windows, el disipidor funciona digamos a un 20% quizá 30%, muy silencioso y relativamente fresco. Pero, al correr Linux el disipador empieza a funcionar al 50% - 70% y es muy fácil que llegue al 100%. Esto se traduce a que el equipo haga más ruido en actividades cotidianas y no solo eso, también evidentemente genera más calor con su subsecuente desgaste de batería y máquina propio de estas condiciones. 
Entiendo, que estos equipos vienen ya con una serie de sensores para controlar aspectos como la temperatura y velocidad de los disipadores, los cuales pueden funcionar por software o por hardware. Si funcionan por hardware (Que supongo es la mayoría de los casos) el sistema operativo no tiene nada que hacer ahí pero si funcionan por software ya es otro cuento.

Existen scripts para modificar dichos parámetros y hacerlos más adecuados... No obstante indicaría que Linux (O en este caso Fedora) por sí mismo no detecta y configura estos parámetros de la mejor forma posible siendo un potencial desencadenante de problemas, sobretodo cuando se manipulan sin la experticia necesaria.

En todo caso, Linux genera más calor y uso de energía sin razón aparente. Esto podría variar de distribución en distribución pero es una constante en todos los Linux que he montado en las dos portátiles que he probado, tanto en Fedora como en el mismo Linux Mint parece haber un acuerdo para que nuestras baterías duren menos.

 Exponiendo estos "Síntomas" particulares, me gustaría que me contaran ¿Cómo ha sido su experiencia con Linux en sus equipos móviles recientes? Y de no ser la más óptima ¿Qué más trucos han sacado bajo la manga para mejorar su experiencia? ¡Los comentarios está abiertos!