domingo, 1 de septiembre de 2013

Linux ¿Fracasó en el escritorio?

Últimamente ha hecho eco en el mundo de la tecnología una realidad prácticamente patente para el mundo del pingüino: Su pobre aceptación en los escritorios de los usuarios caseros. Ni con Windows XP cuyo cambio de interfaz "Asustó" al principio, ni el fracaso de Windows Vista, ni ahora con el insulso concepto de interfaz de Windows 8 parecen ser alicientes para que Linux crezca en los PCs por lo que a veces reflexiono y pienso: No es que Microsoft esté haciendo bien las cosas, es que Linux no está haciendo bien las cosas.


Razones podría haber cientos, desde el mismo "Cierre de mercado" que inteligentemente han hecho Microsoft y Apple a las ventas de sus equipos, hasta los conocidos problemas de compatibilidad con ciertos dispositivos de hardware pasando por el poco afecto que tienen los grandes desarrolladores de software para con el sistema operativo abierto. Pero en este post, me centraré en un solo aspecto: El escritorio, ese primer vistazo que puede ser la diferencia entre "El amor a primera vista" o la indiferencia sostenida, ése contacto que puede cambiar nuestra forma de usar nuestro computador, o hacerlo más insípido y poco emotivo.

Gnome, Gnome ¿Qué has hecho Gnome?


Probablemente coincidiré con el lector que Linux hace rato tiene escritorios "Bonitos": Vistosos temas de íconos, efectos de escritorio, temas, personalización, en fin... Muchas posibilidades... Entonces ¿Qué ha fallado? Simple, una experiencia homogénea.

El problema, que es muy grande para los desarrolladores a la hora de comenzar su software comienza por elegir cuál será su base: ¿Qt o GTK?. Probablemente esto ya no sea un problema para los "Iniciados en el tema" pero para un usuario medio sí que es un problema: No entiende por qué, hay una versión que se ve diferente y luce diferente a pesar de instalarlo de las fuentes de su distribución junto con cientos de dependencias que no sabe para qué son... Y es aquí, desde la misma instalación del software, donde rompe la homogeneidad de un sistema, de aquí en adelante, nunca es una experiencia plana ni a nivel visual en el mejor de los casos, ni a nivel funcional en el peor de los casos (Por ejemplo los típicos cruces entre los gestores de contraseñas de Gnome y KDE).

Gnome 2 solía ser el estándar de facto en casi en todas las distribuciones Linux más populares... Y estuvo tan cerca ¡Pero tan cerca! de lograr una experiencia afable que incluso creo, gracias a ello, distribuciones como Ubuntu lograron gran popularidad. Sin embargo, cayó en el juego de los dispositivos móviles y de manera muy similar a lo que hizo Microsoft con Windows 8 terminó por arruinar un excelente escritorio cómodo y funcional por un concepto orientado a dispositivos que sin pies ni cabeza contribuyó a la confusión PC-Móvil que estamos atravesando.

Será difícil que algún escritorio actual goce en algún momento de tanta aceptación y estandarización como lo fue en una época Gnome 2 y no porque sean malos, al contrario KDE y, por ejemplo, Cinnamon son realmente agradables sino porque los esfuerzos que venían unidos en un solo proyecto han terminado por subdividirse en torno a diferentes principios mermando su capacidad de respuesta y trabajo.

Unity: La respuesta de Ubuntu


Ubuntu, esa distribución de odios y amores, de éxitos y traiciones siempre fue un paso adelante respecto a Gnome. Yo nunca entendí por qué Ubuntu haría su propio escritorio si Gnome 2 -En ese momento- funcionaba tan bien... Hasta que salió Gnome 3. Ellos previeron que la experiencia no sería la más adecuada y aunque si bien tomaron de ella algunos conceptos, no abandonaron su concepto y vocación de escritorio.

No sé si pueda llamarlo éxito o fracaso a estas alturas del partido, pero Unity ha hecho su trabajo y personalmente me parece superior a Gnome 3 además de ponerle su propio sello a la distribución de Canonical. Probablemente el mayor mérito de Ubuntu no haya sido anticiparse a un fracaso anunciado sino preocuparse por crear una experiencia de usuario completa: Ubuntu One, Ubuntu Music, Ubuntu Store y veíamos como venía Ubuntu Edge en el camino, son una serie de esfuerzos por hacer de un sistema operativo algo más que un sistema operativo.

Las cifras ¿Sombra de un fracaso?


Para los escépticos, basta mirar con el poco e incluso despreciable porcentaje que ocupa Linux en el segmento de los PC para afirmar unánimemente el fracaso del pingüino en el escritorio. Yo, como creyente del software libre prefiero no fijarme en las cifras y más bien fijarme en los hechos:

El escritorio de Linux ha sido víctima de un arma de doble filo muy poderosa típica del software libre: La capacidad de adaptarse a todos los gustos, es también su mayor debilidad al fallar tratando de unificar la experiencia de usuario en un solo camino.

Por otra parte, yo no me atrevo a llamar de ninguna forma "Fracaso" a un esfuerzo mundial, comunitario, sin ánimo de lucro y en algunos casos altruista de crear una alternativa distinta y abierta para nuestros escritorios, para gustos colores... Y finalmente los tiempos cambian, probablemente este no sea la mejor época para las interfaces gráficas del pingüino (Y tampoco para Microsoft), pero tengo la seguridad que uno de los grandes, bien sea Canonical, Red Hat, se me viene a la cabeza ahora Google o quizá la misma comunidad activa sentarán nuevamente las bases de una interfaz sólida desde el mismísimo X Server hasta las librerías y decoradores de ventanas, que será amigable tanto para desarrolladores como usuarios finales... Sellando una nueva era dorada, era dorada que ahora de alguna u otra forma estamos ya disfrutando en Android.