domingo, 18 de julio de 2010

La moda de demandar

No podía quedarme atrás con los temas de actualidad en Colombia, particularmente de las demandas, tema de moda que comenzó la reconocida ex-secuestrada Ingrid Betancourt al pretender obtener una millonaria indemnización por parte del Estado colombiano por los supuestos prejuicios ocurridos durante su secuestro.


Por supuesto, éste post no busca criticar a Ingrid (creo que ya los medios se han ocupado de eso por mi y muy bien) y por supuesto tampoco suponer que como la moda es demandar, estás out si no lo has hecho aún.

Quizás lo único que quiero apuntar en éste sentido es que el problema no es en sí, las demandas de Ingrid (retractadas o no) o de cualquier otro secuestrado sino el mismo flajelo del secuestro. En lugar de destruir a las personas (merecidamente o no) como estamos acostumbrados a hacerlo, deberíamos centrar nuestra atención en cómo traer a más personas a la libertad e impedir que otras pasen por lo mismo.

Hablando de demandas absurdas, recordé el caso de un propietario de un vehículo nuevo en los Estados Unidos. Dicho vehículo contaba con un porta vasos muy cerca a las piernas del conductor, y su dueño, en un acto de inteligencia suprema lo usó para colocar su bebida caliente (a temperatura recién salida del infierno como diría yo) de tal forma que al conducir se derramó sobre sus piernas causándole lesiones.

Cualquiera que tenga dos ojos de frente sabría que toda bebida en un vehículo en movimiento es suceptible a derramarse y por supuesto uno podría quemarse con ella si está caliente... ¿así o más explícito?

Pero ¿adivinen qué? El dueño del auto demandó al fabricante y ¡ganoooó! (Con su respectiva indemnización económica grande).

En ninguna parte del vehículo se prevenía al conductor (o pasajero) de las posibles consecuencias de una bebida (derramada) en el porta vasos. Algo así como un letrerito que dijera "Caution".

Y aquí la la lección del día:

El fabricante debe prever el uso inadecuado de sus productos (esto aplica también para productos de software) y advertir al usuario de sus posibles riesgos.

¿Y qué tiene que ver todo éste rollo con Ingrid? Ah claro, las demandas absurdas... pero bueno en realidad lo que quería dejar en claro es que debemos estar atentos a nuestros productos, no vaya y sea que por una demanda "simbólica" pasemos un muy mal rato y nuestra empresa o negocio sufra graves consecuencias económicas.

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Imagen cortesía de:
http://psicologia.laguia2000.com/general/demanda-laboral

1 comentario:

  1. Qué buena conclusión. Me gustó mucho el post, realmente no lo había visto de esa manera, es algo que tenemos que tener en cuenta y normalmente no analizamos. Gracias.

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